Decidimos cambiar las reglas del juego porque algo faltaba. Y no eran las ayudas.
No fue una revelación, ni una gran mesa de innovación. Fue un día cualquiera, en medio de la gestión de ayudas para una empresa, cuando se volvió a hacer la misma pregunta:
¿Por qué acceder a una subvención sigue siendo tan difícil?
Ayudas había, muchas… pero también había plazos imposibles, lenguaje burocrático, formularios interminables y páginas donde nada parecía estar diseñado para quien más lo necesita.
Ese fue el punto de partida. La idea era simple:
¿Y si existiera una tecnología capaz de entender todo ese caos por ti?
Que no solo buscara subvenciones, sino que te dijera cuáles te corresponden, cómo aprovecharlas y qué pasos dar, sin volverte loco. Pero nadie construye una solución así, solo.
Colaboración es poco. Aquí surgió la simbiosis
Subventech no nació en un laboratorio de startups. Tampoco de un hackathon de fin de semana.
Nació de la mezcla inesperada de cuatro perfiles que, a simple vista, no tenían mucho en común… salvo una cosa: las ganas de resolver un problema real.

- Más de uno traía el dolor de conocer el sistema desde dentro, al frente de una pyme.
- Otro, una cabeza entrenada para convertir datos en soluciones inteligentes.
- El tercero, una brújula que sabe leer mercados, necesidades y oportunidades donde otros solo ven informes.
- Y el cuarto, una visión quirúrgica sobre modelos de negocio, rentabilidad y sostenibilidad.
Puestos en la misma mesa, discutieron, contrastaron, validaron. Sobre todo, construyeron.
Cada uno con su estilo. Cada uno con lo suyo.
Así nació una solución que no se parece a lo que ya existía.
Primero las preguntas difíciles, luego el código
Antes de construir nada, se hicieron las preguntas importantes:
- ¿Qué volumen de ayudas hay realmente en España y Europa?
- ¿Por qué la mayoría de las pymes no acceden a ellas?
- ¿Cuáles son las barreras más comunes?
- ¿Qué hacen (y no hacen) las soluciones actuales del mercado?

Las respuestas fueron claras: no faltan ayudas. Falta saber encontrarlas, entenderlas y pedirlas bien.
Por eso, se diseñó desde el principio una plataforma con inteligencia artificial, capaz de interpretar requisitos, anticipar oportunidades y guiar al usuario en todo el proceso. Sin lenguaje técnico. Sin burocracia infinita. Solo lo que necesitáis, en el momento justo.
No basta con crear la tecnología. Hay que saber cómo acercarla.
Subventech no se limita a desarrollar una plataforma inteligente. Desde sus inicios, el proyecto se planteó una pregunta adicional:
¿Cómo llevar esta tecnología a quienes realmente la necesitan?
La respuesta no está solo en el software, sino en las personas que pueden ayudar a traducirlo, explicarlo y adaptarlo al día a día de las empresas.
Por eso, además de construir la herramienta, Subventech impulsa un modelo de distribución innovador, basado en profesionales que conocen el tejido empresarial y pueden actuar como aliados clave en el acceso a ayudas.
Es un enfoque poco habitual en este tipo de soluciones, pero necesario. Porque tecnología sin proximidad, no escala. Y sin confianza, no impacta.

Porque las ayudas existen.
Y ahora, por fin, pueden llegar a quienes las necesitan.